viernes, 29 de diciembre de 2017

Día 24 de 365: "El azote del capitolio"


Distrito 11, dos semanas después de la huida de Katniss de Los Juegos del Hambre.

La plaza del ayuntamiento estaba estaba abarrotada. Por orden de los agentes de la paz, todos los ciudadanos del Distrito Once se habían reunido en la misma.

La rebelión había sido un fracaso, un desastre. Lo que en un principio había sido un auténtico éxito, pronto se truncó cuando las fuerzas del capitolio recibieron refuerzos. Los ciudadanos contaban con armas, es cierto. Afiladas y pesadas herramientas con las que recogían la cosecha año tras año, además de las gafas de visión nocturna con las que habían conseguido una ventaja táctica durante la noche.

Pero nada de eso sirvió cuando llegaron los refuerzos, cuando empezaron los bombardeos. ¿Qué podían hacer unos granjeros contra los entrenados agentes de la paz del capitolio? Exactamente lo que hicieron. La rebelión logró resistir durante varias semanas. Pero, finalmente, sus líderes acabaron cayendo. Otros se entregaron para detener la matanza.

Y en ese día, el Distrito Once había sido reunido para presenciar el juicio y la condena contra todos los acusados. Muchos de los asistentes estaban todavía gravemente heridos, pero poco importaba al jefe de los agentes. Frente al antiguo y derruido ayuntamiento se alzaba una tabla para las ejecuciones. El jefe de los agentes de la paz, Jonas, subió al mismo y habló con voz fuerte y clara hacia los altavoces. Varias cámaras filmaban la escena. Iba a ser retransmitido en directo a todo Panem, a modo de advertencia de lo que ocurría con las revueltas.

Ciudadanos de Panem, hoy me dirijo a ustedes en un feliz y fatídico día. Han pasado 75 años desde que la gran guerra consumiera este país. Sufrimos gravemente, pero con dolor y esfuerzo logramos levantar de nuevo esta gloriosa tierra. ¡¿Y PARA QUÉ?!

El grito resonó en la destrozada plaza.

Habéis olvidado rápidamente POR QUÉ luchó el capitolio: ¡Para crear la más rica de las potencias! Se instauraron los Juegos del Hambre como recordatorio de ese dolor. ¿Y habéis osado levantaros en armas contra vuestro gobierno, aquel que os cuida? ¿¡Habéis osado?!

El silencio se apoderó de la zona. Los cámaras barrieron a los heridos, hambrientos y destrozados ciudadanos del Distrito Once. Nadie decía una palabra. Los agentes de la paz presentes apuntaban sus armas hacia la multitud, listos a disparar ante cualquier gesto de agresividad.

El capitolio es justo, y sólo castiga a los culpables. Pero hoy nos hallamos en una difícil situación. Pues, ¿Quién es el culpable cuando todo un distrito se alza en armas? ¿Quién, os pregunto?

Varios agentes de la paz se movieron al frente de la multitud. Fueron sacando, aparentemente al azar, a distintos ciudadanos, obligándolos a subir al escenario en el que hablaba Jonas. Poco tardaron algunos en notar que los agentes seleccionaban uno de cada cuatro ciudadanos.

Así pues, he hallado una solución. Puesto que es imposible hallar a todos los culpables, he decidido que una cuarta parte del Distrito Once sea ejecutada ahora mismo. Así nos aseguraremos de que este incidente no se repita.

Los gritos fueron alzándose entre la población. Las madres abrazaban a sus hijos, y se arremolinaban juntos tratando de evitar ser seleccionados por los agentes. Se escucharon disparos, y las cámaras captaron cómo los agentes mataban a una niña que huía con un bebé en sus brazos.

Por cada persona que trate de huir, mataremos a diez ciudadanos más. ¡Subid al primero!

Dos agentes de la paz obligaron a subir al primer condenado: Un joven que tenía una pierna totalmente inutilizada. Jonas sacó una pistola de su pernera y apuntó al joven a la cabeza

Lo único que escuchó fue un seco “Tuc!” seguido de un gemido ininteligible que resonó por todos los altavoces. Los presentes tardaron unos segundos darse cuenta de que una flecha, surgida de la nada, había aparecido atravesando el costado del jefe de los agentes de la paz. Éste se llevó la mano al mástil y giró, esperando encontrar a su agresor antes de derrumbarse contra el suelo

De una oscura ventana en un edificio semiderruido, surgió una segunda flecha que se clavó en la garganta de Johnas.

—¡Nos atacan! gritó un agente.



Día 24 d 365
29 de Diciembre

_____________________________

Mi visión de cómo debería haber empezado la tercera novela de Los Juegos del Hambre. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tomarte un tiempo en escribirme! :)

Farewell, Oxford

As the party went on, I was thinking on writing a soul-filled text. Something able to explain how I felt, how I saw that I was leaving a m...