miércoles, 10 de enero de 2018

Día 30 de 365: "Las ruinas alien" (Elite Dangerous)

Sector Synuefe, sistema XR-H d11-102.
Enero de 3303.
Planeta 1B, órbita baja.

Era una época de emoción para los arqueólogos y científicos de la galaxia. El descubrimientos de las ruinas alienígenas ancestrales por parte del comandante XDeath había supuesto una revolución para toda la humanidad: La certeza de que, al menos en el pasado, hubo otra raza inteligente interestelar y que ahora estábamos descubriendo sus restos. Los últimos testimonios de que dicha raza, apodada "Los Guardianes" alguna vez existió.

El comandante Volgrand había sido de los primeros en acudir alas ruinas cuando Ram Tah hizo saber que había desarrollado un software que permitiría a cualquier piloto descifrar partes de la información guardada en dichas ruinas. Era un sistema de transmisión de información nunca antes visto, combinando lo que parecía ser desde un sistema binario a algo que podría describirse como pura psiónica. Cómo había conseguido este ingeniero hallar un sistema de que nuestros ordenadores se comunicaran con las ruinas ancestrales solo lo sabía él mismo. Para rematar la faena, ofreció una recompensa muy sustanciosa: Un millón de créditos por cada pieza de información descifrada.... y se estimaba que había cientos de estas.

La C.R.V. Star Dwealler mantenía una órbita baja sobre el lugar del yacimiento. Era facilmente visible desde el espacio, no por su tamaño, si no por su forma claramente geométrica, compuesta por varios circulos unidos por líneas. Un patrón demasiado regular para tratarse de algo natural. Cada pocos minutos un paquete de datos le era trasmitido, parte de la información que había solicitado Ram Tah; el Instituto Canonn habia acordado mandar la misma a los comandantes que se encargaran de proteger a los científicos de campo como forma de pago.

La música de la cabina bajó el volumen cuando el ordenador de a bordo detectó una transmisión entrante.

—Comandante M. Volgrand, ¿me recibe?
—Algo y claro. ¿Todo bien ahí abajo?
—Todo bien. Varios comandantes más se han unido al escuadrón, tenemos este area bien protegida. ¿Quiere tomarse un descanso?
—Por favor, la patrulla orbital es aburrida.

Pocos minutos después Volgrand confirmó que una nave de las fuerzas de defensa de Canonn surgía del planeta para reemplazarle; el comandante dirigió a Star Dwealler hacia las ruinas bajo él y, tras completar la aproximación, redujo la velocidad a términos aceptables para un ser humano.

Las ruinas emitían una extraña carga electroestática que llenaba las cabinas de las naves con extraños sonidos, casi como una coral muy distorsionada. Las estructuras estaban completamente cubiertas por tierra, quedando de ellas solo el relieve sobre la superficie. Sin embargo había algunas que conservaban su forma original inalterada, casi como si una fuerza incomprensible las mantuviera libres de ser enterradas por el paso de los siglos. Era en estas estructuras donde los comandantes basaban sus esfuerzos, intentando combinar escáneres de unas y otras hasta obtener un resultado aceptable .

Decenas de vehículos de tierra S.R.V. recorrian las ruinas, iluminando todo con sus potentes faros. Algunas naves servían como iluminación, volando a poca altura sobre el yacimiento con sus focos extendidos; en tierra destacaba especialmente una enorme Beluga que ocupaba la mayor extensión llana del lugar. Las comunicaciones volaban entre los comandantes y científicos, contrastando datos y demás, pero Volgrand activó los filtros hasta la frecuencia de las fuerzas de seguridad.

—... Aquí Viktor, todo despejado en el sector norte.
—Comandante Vaslky, nada que reportar en sector sudeste.
—Aquí Volgrand —informó este—, patrullando sobre el yacimiento.

Un aviso del radar destacó la llegada de una nave desde supercrucero. Volgrand hizo girar la Star Dwealler directamente hacia la misma; una Fer-De-Lance, nave de combate por excelencia, estaba estabilizando su vuelo para contrarrestrar la gravedad de la luna. Un rápido escaneo de la misma denotó una configuración claramente de combate: Láseres de pulso, multicañones, sin hangar planetario, escudo de gran potencia y armadura militar. El nombre del comandante eran solo tres letras: EDC.

—Control de patrulla, aquí Volgrand: Confirmación de comandante, designación "E,D,C".
—Un momento, comandante... No tenemos informe del comandante EDC, Volgrand.
—Envíen refuerzos de inmediato.

Volgrand desplegó su armamento y estableció contacto con la nave de EDC, mandando la comunicación también en abierto a todas las naves cercanas.

—Aquí el comandante M. Volgrand de las fuerzas de defensa de Canonn. Identifíquese, comandante, y diga qué le ha traido a este lugar.

Unos segundos de tensa espera después, la Fer-de-lance desplegó su propio sistema de armamento, ignoró a Volgrand y abrió fuego sobre una nave aterrizada.

Grave error.

Los motores de Star Dwealler rugieron con el post-quemador, y la Python fuertemente reforzada chocó violentamente contra la Fer-de-lance, evitando que siguiera disparando.

—¡Evacúen todas las naves! Y tú, EDC, este será tu último error.

Fue entonces cuado vio el logotipo pintado sobre la nave terrorista: Un lobo que sonreía, enseñando todos los dientes. Volgrand sintió la adrenalina en el estómago, ya que eso significaba una cosa...

Comandante, tres contactos nuevos en el radar. 

...Los combatientes del Smiling Dog Crew nunca, nunca estaban solos.

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Día 30 de 365
10 de Enero. 

martes, 9 de enero de 2018

Día 29 de 365: Perdidas en la selva (3)

El crujir de las ramas de un gran árbol cercano resonó como una anomalía en la selva peruviana. Crusader, poco a poco, alzándose poco a poco hasta que su parte inferior a duras penas rozaba el suelo selvático junto al río; un par de gruesas cuerdas pasaban por la base de las alas, centro de gravedad de la aeronave, y tras varios minutos de esfuerzo habían logrado su cometido.

Applebloom dejó el engranaje que había construido y al que la cuerda, pasando por un ingenioso sistema de poleas, estaba unida. Sweetie Belle y Scootaloo observaron a su amiga con la boca desencajada.

-¡¿Cómo has podido levantar tú sola a Crusader?!
-¡Brujería!
-No es brujería, bobas, es ley de poleas y palancas -explicó la poni de tierra secándose el sudor de la frente con una toalla-. Lo aprendimos de los humanos: como ellos no tenían magia aprendieron a usar las cuerdas, palancas y poleas de distintos tamaños para reducir el trabajo máximo para mover grandes cargas.

La pegaso y la unicornio miraron alternativamente a Crusader colgar sobre el suelo, a Applebloom y la una a la otra antes de confirmar sus sospechas con una risa divertida:

-Brujería.
-Sin duda.

La toalla húmeda chocó contra la cara de la carcajeante Sweetie Belle.

-Bueno, me pondré cascos a la obra -anunció Scootaloo-. Aguas Calientes está bastante cerca de aquí, ¿queréis ir a echar un vistazo a ver si hay algo útil?
-Útil, ¿como qué?
-Herramientas, comida en lata vegetariana -Scoots nunca olvidaría la vez que probó por error un bote de comida humana normal-, planchas de madera... lo que sea.
-Habrá que probar suerte. ¿Estarás bien tú sola, Scoots, no sería mejor que fuéramos todas?
-Nah -negó la pegaso mientras se ponía un cinturón de herramientas-. No quiero dejar a Crusader sola.

Las otras dos yeguas sonrieron al ver a su amiga mirar al avión con ojos soñadores. No les cabía duda de que si Scootaloo hubiera descubierto antes los aviones, su Cutie Mark los incluiría también; además, la pegaso parecía tener un don especial para reparar maquinaria humana, a pesar de que nadie entendía cómo hacía funcionar los artilugios humanos exactamente.

Sweetie Belle y Applebloom tardaron algo más de una hora en llegar a Aguas Calientes. Habían caído en el mismo valle donde estaba la ciudad turística abandonada. Había sido una suerte que Crusader hubiera "aterrizado" más abajo del río, ya que a medida que subían hacia Aguas Calientes la corriente de agua perdía profundidad y ganaba en velocidad y violencia.

La selva, en los tres años desde que ocurriera la gran migración, tal como habían llamado los historiadores al evento mágico que cambió la Tierra y Equestria para siempre, había retomado la ciudad humana. Si bien las calles aún no habían desaparecido completamente, todos los edificios estaban cubiertos por plantas y vegetación, y grandes árboles crecían cerca de los límites del lugar, expandiendo poco a poco sus raíces hacia el interior del mismo.

Tras un rato de pasear por la única calle del pueblo no tardaron en ver que había sido un viaje en balde.

-Aquí no vamos a encontrar nada, me parece. No veo planchas de madera que podamos usar en los edificios, está toda demasiado rota por el tiempo.
-Hay algunos medicamentos en la farmacia y el centro médico -apuntó Sweetie-, pero aparte de algunas vendas, los medicamentos están todos caducados. No nos valen.
-¡Eh, mira! -exclamó Applebloom-. ¡Una estación de tren! Fijo que cerca hay algún taller de reparaciones, ayúdame a buscar.

Ambas echaron un vistazo alrededor. La puerta que hallaron hizo que ambas se quedaran quietas durante un instante, estudiando lo que estaban viendo.

La puerta estaba destrozada violentamente, aunque los trozos de madera ya estaban cubiertos de musgo. En el interior pudieron ver claramente un grueso listón de madera que había sido roto junto a la misma puerta, y las herramientas del taller estaban, en gran parte, caídas desordenadamente en el suelo.

-Qué... ¿qué pasó aquí? Se supone que los humanos desaparecieron de golpe...

Applebloom se acercó a la entrada donde una herramienta le llamó la atención: Un martillo junto a un pequeño recipiente con clavos.

-A mi me parece que alguien intentó encerrarse en esta habitación. Hacerse fuerte, o huir de algo. Y por la altura a la que clavó la madera no era un humano, quizá era un poni también.
-Pero si la puerta y la madera están rotas... ¿Qué las rompió?
-No lo sé... Recojamos todas las herramientas y volvamos con Scootaloo. Esto no me gusta.

miércoles, 3 de enero de 2018

Día 28 de 365: "Perdidas en la selva" (2)

Secuela al fanfiction "Lo que Fuimos" de mi amigo SG91.

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Dejando una impresionante columna de humo negro tras de si, ese engendro volador que las Cutie Mark Crusaders llamaban "avioneta" perdió altura rápidamente. Con un último esfuerzo, el bólido se dirigió hacia el río y estabilizó su caída.

El primer choque contra el agua fue brutal, haciendo saltar el vehículo varios metros hacia arriba. Con el segundo su velocidad se redujo considerablemente, y el avió recorrió varios metros deslizándose sobre el agua y acercándose peligrosamente a la orilla del río.

Desde la distancia, y cayendo en sendos paracaídas, Applebloom y Sweetie Belle observaron con horror cómo la avioneta chocaba contra tierra seca, deteniéndose aparatosamente en una nube de polvo y humo.

-¡¡Scootaloo!! -gritaron, haciendo esfuerzos por dirigir sus caídas hacia la misma orilla donde se había estrellado su amiga.

Tardaron varios largos y dolorosos minutos en librarse de los artilugios, y otros tantos en galopar hasta su amiga. El vehículo estaba humeando por todas partes, había varios agujeros -más- en el fuselaje, y se podía escuchar a alguien gritando entrecortadamente en el interior.

-¡¡Scoots, ya llegamos, aguanta!!

Ambas yeguas galoparon al interior de la nave, hacia la cabina, donde encontraron a su amiga en el suelo... de rodillas, con ambas patas en el aire y cara de satisfacción máxima.

-¡¿Quién es la mejor piloto de la Tierra?! ¡Yo lo soy! ¡HUH-HAH!
-¡Scoots, nos habías asustado!
-¡No había motivo! ¿Qué otro piloto podría haber aterrizado un avión sin combustible ni líquido hidráulico? ¡Solamente yo! ¡HUH-HAH!
-Applebloom, ¡no!

Scootaloo se retiró cuando vio a su amiga poni de tierra pataleando en el aire, levitando bajo el influjo de la magia de Sweetie Belle.

-¡Te has arriesgado sin necesidad! -gritó Applebloom-. Aunque hayas aterrizado, no hay forma de volver a despegar. ¡No tenemos sitio para coger velocidad!
-¿Que no? Mira delante.
-¿Qué? -preguntó Sweetie tras hacerlo, ya que no se atrevía a soltar a Applebloom todavía-. Hay más río, este avión no puede ir por el agua.
-¡No, todavía no!

Ambas amigas miraron a la excitada pegaso sin comprender.

-Veréis, no vamos a poder convertir a Crusader en un hidroavión...
-¿Crusader?
-Bueno, ¡dah! Necesitará un nombre, ¿no? -Sweetie Belle asintió-. Pues no podemos convertir a Crusader en un hidro avión, pero quizá podamos hacerla flotar lo suficiente para que podamos despegar.

Applebloom hizo gestos a Sweetie Belle para que la dejara bajar de una vez, y tras tocar el suelo del vehículo exclamó:

-¡Espera, espera un minuto! ¿Me estás diciendo que Crusader es una chica?
-Sí, claro. ¿Por qué?
-Nada, solo para aclararlo. Entonces, ¿cuál es tu plan?
-¡Es fácil! -exclamó Scootaloo-. Primero tendremos que sellar todos los agujeros para que no entre agua  y también las junturas de las puertas; le quitaremos todo el peso que podamos, por ejemplo el tren de aterrizaje, y luego usaremos maderas y juncos de por aquí para hacer unas patas-balsas para las alas.
-Pero... ¿y luego cómo aterrizamos?

Durante un instante, la pegaso naranja se quedó mirando al infinito con cara de confusión.

-Bueno, tú eso déjamelo a mi.
-Pero, ¿no habrá un plan mejor? ¿No hay forma de regresar a Cusco? -preguntó Applebloom.

Sweetie Belle sacó de un hueco del avión un mapa de la zona.

-Veamos... el río baja desde Cusco hasta aquí, creo que la balsa no será factible. Según la guía turística, se puede ir andando...
-¡Mira qué bien!
-...y tardaríamos una semana entera si tuviéramos un guía experimentado.
-¡A ver si lo he entendido! Nuestras opciones son morir perdidas en la selva, o arriesgarnos a la locura de preparar a Crusader para que pueda flotar lo suficiente para despegar desde el río, y rezar por no hundirnos al hacerlo. ¿Lo he entendido bien?
-No del todo -señaló Sweetie Belle sacando un libro llamado "guía ilustrada de la selva peruviana"-. En esta selva hay muchos animales peligrosos y depredadores, además de insectos muy venenosos en cada arbusto y demás. Tengo un par de dosis de antibióticos y anafi... anafi... -Sweetie Belle intentó leer el nombre en un bote que sacó, pero acabó rindiéndose-. De inyecciones para tratar mordeduras y alergias. Pero no se han probado demasiado en un poni.

Las tres potras se miraron alternativamente hasta que Scootaloo alzó una pata.

-Voto por reparar a Crusader.
-Yo también -añadió Sweetie Belle.

Applebloom miró a Crusader mientras hacía cálculos mentales.

-Sweetie, desata las cuerdas de los paracaídas; Scoots, coge todo el equipo de escalada que hemos traído. Por suerte Applejack me enseñó a fabricar una grúa manual para situaciones así.
-¿Applejack te enseñó a hacer una grúa para ayudarte a reparar un avión?

La pequeña Apple rió divertida.

-Nos conoce demasiado bien.


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Día 28 de 365
3 de Enero.


martes, 2 de enero de 2018

Día 27 de 365: "Perdidas en la selva (1)"

El inicio de una secuela al fanfiction "Lo que Fuimos" de mi amigo SG91.

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Año tres desde la gran migración.

Como tantos cientos de veces ocurriera anteriormente, el amanecer asomó sobre la selva peruviana. Hacía varios años que no se había vuelto a ver actividad humana en la región, desde que una extraña luz cubriera el mundo y, con ella, se desvaneciera toda presencia del hombre. La vida había seguido su camino, las plantas empezaron a tomar los senderos antaño usados por exploradores y turistas, y los animales habían dejado de temer a los lugares en los que antes estos frecuentaban.

Sin embargo un extraño rugir llenó el aire, un sonido que ningún ser vivo había escuchado desde aquel misterioso evento. El ruido se volvió más fuerte hasta que una avioneta apareció por encima de las nubes, descendiendo hasta unos pocos cientos de metros por encima de la selva. De unos ocho metros de largo era un vehículo que, probablemente, podría albegar una docena de pasajeros en su interior. La aeronave parecía estar a punto de deshacerse por piezas: parches de varios colores marcaban donde había sido reparada por manos poco expertas, y el humo negro que dejaba tras ella auguraba que era casi un milagro que el motor siguiera en funcionamiento.

De hecho, literalmente, el fuselaje estaba reforzado con cinta adhesiva, de una forma que parecía más un vendaje que no una reparación. En el interior de ese engendro volador, una potra amarilla miraba nerviosamente un mapa.

-Applebloom, ¿estás segura de que vamos bien?
-¡Sí, sí, lo estoy, Scoots! -respondó la aludida-. Hemos dejado Aguas Calientes atrás, y este tiene que ser el río Urubamba, no puede estar lejos.
-Pero, ¿por qué, en nombre de Celestia, no podíamos utilizar esos GePeEges de los humanos?

Applebloom rodó los ojos y dejó el mapa para mirar a la unicornio blanca detrás suyo.

-Sweetie, ya te lo he explicado: Los satélites que había en órbita han perdido precisión, y no sabemos todavía cómo contactar con ellos para corregir el problema. Además se llama "G.P.S." y.... Oye, ¿estás bien?

La adorable unicornio blanca estaba manchada por algún tipo de sustancia negruzca, y la frustración y el enojo reflejados en su cara. Como respuesta, levantó una pata del suelo de la avioneta: Un chorro de aceite surgió disparado hacia arriba como si se tratara de una fuente. Sin decir nada, Sweetie Belle volvió a tapar el agujero y respondió:

-Perfectamente.
-¡¿Eso que huelo es el líquido del sistema hidráulico?! -gritó Scootaloo-. ¡Mirad que nos la pegamos, ¿eh?! Tendríamos que volver.
-Pero... ¡tenemos que estar cerca! Según la guía, veríamos la "Montaña del maya mirando al cielo", y no la veo por ningún lado.
-Pero vamos a ver, Scoots, ¿desde qué altura podemos ver esa montaña?

El golpe de la pezuña de la potra amarilla contra su frente resonó por encima del rugir de los motores.

-¡Diantres, claro! Scootaloo, baja todo lo que puedas y vuelve a pasar por aquellas montañas de ahí, ¡no puede estar lejos!
-A sus órdenes, capitana, pero en diez minutos volvemos o nos quedaremos sin combustible.

La avioneta bajó en altura y empezó a maniobrar entre las montañas selváticas, de una forma mucho más temeraria de lo que a las amigas de Scoots les agradaba. A los pocos minutos, solo la piloto era capaz de seguir mirando recto y sin sufrir arcadas.

-Chicas...
-Es... estamos bien.... -murmuró Applebloom-. Por favor mantenlo recto un rato...
-¡Chicas!
-Esto es... horrible... ¡horrible!
-¡¡Chicas, está ahí!! ¡A la izquierda!

Las dos potras se recuperaron inmediatamente del mareo y miraro hacia las ventanas de la izquierda. La montaña, pintada en verde por la vegetación, formaba tres picos que recordaban claramente a la efigie de un humano mirando hacia el cielo. Y, a los pies de la misma, descubrieron las primeras construcciones...

-¡Lo hemos encontrado!
-¡Sí!
-¡El Machu Picchu! ¡Cutie Mark Crusaders exploradoras, yeah!

Hubo unos minutos de jolglorio dentro de la avioneta, los cuales acabaron cuando Scootaloo decidió hacer bailar a la misma. Sus amigas no creyeron que fuera tan buena idea.

-Bueno, ahora vamos a aterrizar y lo exploraremos todo.
-¡Eso!
-Aterrizar... ¿dónde, exactamente?
-Pfft, ¡eso es fácil, Scoots! -respondió Applebloom-. He visto en libros que los aviones pueden aterrizar en el agua, aterrizaremos en el río.

Scootaloo sintió que se le helaba la sangre.

-Applebloom, querida... eso son los hidro aviones.
-Ehm... ¿y eso por qué es importante?
-Porque esto es un avión.

Silencio.

-Bueno... podríamos... ¿aterrizar en la selva?
-Oh, ¡por supuesto! -gritó Scootaloo falsamente entusiasmada-. Ahora, lo que es volver a despegar... o volver a caminar nosotras...

Silencio.

-Podríamos volver y ya pensaremos cómo...
-Sí, será mejor que.... ¡¿QUÉ?! ¡¿Qué ha pasado con el combustible?! ¡Está casi vacío!

Silencio aterrorizado.

-Bueno, no pasa nada -atajó Sweetie Belle con su típica alegría-. Cargué la bodega con combustible de emergencia, basta con rellenar el depósito y volvemos a Cusco. ¿Dónde está la puertecita para recargar combustible?
-Fuera. En la panza del avión. En el fuselaje.


El silencio se volvió mucho más intenso en esa ocasión... Porque ambos motores se apagaron con un estertor agónico.

Las tres potras gritaron.

lunes, 1 de enero de 2018

Día 26 de 365: "Hasta siempre"

Intento mirar atrás y me cuesta decidir con qué recuerdo empezar esta carta. De hecho no consigo recordar el momento exacto en el que nos conocimos; probablemente no reparé demasiado en ti hasta que jugamos una o dos partidas de rol juntos.

No he conocido a nadie con semejante grado de locura, desvaríos y diversión. Ahora recuerdo con especial añoranza tu invencibilidad al ser el mejor suplicando clemencia ante un señor oscuro. Las idas de olla de las mil y una vidas que todo jugador de rol ha vivido, o la continua verborrea que surgía de tu boca ante la presencia de cualquier ser femenino. O no.
Un compañero de aventuras, un chalado con el que nunca faltaba la diversión... un buen amigo. Un bestia incapaz de controlar sus chistes de mal gusto y comenarios soeces hasta que alguien gritaba "¡Veto!", un actor capaz de encarnar los personajes más estrafalarios en un rol en vivo. ¿Quién podría olvidar al capitán Jack Esárrago del Haven, con la botella de ron en la mano y pintando bigotes a los carteles de "Se busca" para que no pillaran a sus amigos? El bárbaro escuchimizao de tantas partidas, el troll sin remedio, aquél que siempre estaba liándola...

Solo puedo decir que, a pesar de lo poco que nos hemos visto desde que todos abandonamos la isla, jamás se te ha olvidado ni se te olvidará. Ahora mismo no puedo creerme que hace nada estuviéramos lamentándonos de que nuestra teoría de Star Wars no fuera cierta. No puedo creerme que hace poco estuviéramos aconsejándose para comprarte un nuevo ordenador. No puedo creer que estas fueran las últimas veces que íbamos a hablar.

En estos momentos desearía ser un mejor escritor, para poder transmitir mejor cómo me siento, para poder explicar con una figura preciosa el dolor de saber que no volveré a verte. Pero no te preocupes, nosotros seguiremos adelante y también te queremos.

Descansa en paz, amigo mío.


Día 26 de 365
1 de Enero.

En memoria de mi amigo Sven, a quien nunca olvidaré. 


Farewell, Oxford

As the party went on, I was thinking on writing a soul-filled text. Something able to explain how I felt, how I saw that I was leaving a m...