lunes, 13 de noviembre de 2017

Día 7 de 365: "Una visita de Muerte"

Hoy me ha venido a ver La Muerte. Solo Muerte para los amigos.

Es un tipo majo.

La verdad es que conocí a Muerte de una forma tan inesperada como tópica: Vino a buscarme cuando no me tocaba. Cosas del destino, ¿verdad? El caso es que me caí por las escaleras y, cuando me di cuenta, frente a mi estaba esa inmensa, poderosa y carismática figura embutida en negro, con su enorme guadaña sostenida en una mano esquelética, mientras que la otra iba desenrrollando un pergamino sin fin que surgía de algún pliegue de su túnica. Es curioso, pero no tuve miedo, fue más un "ah, pues estoy muerto, qué lastimita".

Pero Muerte releyó el pergamino y, tras unos segundos dijo "PARECE QUE HOY NO ES TU DÍA, MIGUEL". No, no se me ha bloqueado el bloqueo de mayúscuas: No hay forma humana de definir una voz como esa. Solo puedo decir que Muerte... habla en mayúsculas.

Hombre, yo agradecí a todos los dioses del mundo no tener que acompañar a Muerte en un viaje sin retorno al Más Allá... pero, no estoy seguro de cómo, pude ver tristeza en su enorme y congelada sonrisa calavérica. Le pregunté si estaba bien y... hostia colega, ¡que se derrumbó! Me dijo que nadie apreciaba su trabajo, que se sentía solo, que no tenía amigos... Vamos, pobrecito.

Total que estuve hablando con Muerte un buen rato, desde mi espíritu, flotando justo encima de mi cuerpo inconsciente. No tenía prisa por volver, sabía que me iba a doler todo cuando lo hiciera. Total que tras hablar le prometí algo: que cada vez que viniera por mi zona a hacer su trabajo me avisara y yo iría a visitarlo. Él se alegró tanto que me explicó una y otra vez que jamás me llevaría al Más Allá antes de mi hora prevista, y que aún me faltaban muchos años. ¡Eso es un alivio!

¿Que cómo sabría que estaba por mi zona? Me respondió "LO SABRÁS".

Ha pasado un mes desde el accidente y todavía sigo escayolado. Sí, dolió, muchísimo, todavía duele un poco, pero ya estoy mejor. Estaba sentado viendo la tele cuando, sin darme cuenta, tomé el mando a distancia y puse el canal de noticias. Acababa de ocurrir un accidente múltiple a poca distancia de mi casa. Me levanté y cojeé hacia la puerta, y al abrirla ahí estaba Él. Pasó al interior, atravesándome como si no estuviera ahí, y entonces vi a un vecino mirándome, extrañado. Claro, él no podía ver a Muerte, por lo que verme saludar al vacío debió ser extraño.

—ESPERO QUE NO TE IMPORTE, PERO LA PRÓXIMA SEMANA TENDRÉ MUCHO TRABAJO POR AQUÍ.
—Nada hombre, un placer. ¿Quieres un té?
—POR FAVOR. HE TRAIDO GALLETAS.

Ya os lo dije: Un tipo majo.


Día 7 de 365
13 de Noviembre.

Inspirado y dedicado por partes iguales a la muerte de Terry Pratchett, y a Muerte de Aitor I. Eraña.

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